martes, 17 de agosto de 2010

Ah, le cafard…

Eso de que el día discurre de lo más animado y estimulante, ya como a punto para la guinda clausural, y es entonces, en el desprevenido compás, que el chafardereison side of the Life irrumpe manifestándose en su más torva cutrez…

Dado que a esas horas tan tardías para el caldo de ave hay que olvidarse de él, pues entonces que sea un café… americano… con un poco de leche fría…

—Pues no sé qué te voy a cobrar —me ha confesado zozobrando en un mar de incógnitas la señora del lugar—. Dame 1,50 —ha añadido bruscamente, como dejándose arrastrar por un impulso repentizante, negándose en todo caso a seguir considerando la hipnótica cuestión: un café americano con un poco de lecheeeeeeeee?

¿Fría, ademássssssssssssssss?

 Sí, demasiado I+D+I de una sola tacada…

Ah, enfin, le cafard non-américaine, mais bien amer et tellement local… Avec de la lait la plus fraîche mais bien mauvaise aussi, s'il vous dèplaît…


Dedicado a Chichorela (para entendernos):

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